En una entrevista con Efe, Neves explica que el proyecto tiene su origen en sus años de universidad en Río, cuando un profesor le confronta con una práctica habitual en el estado de Goiás, del que ella es originaria, según la cual es común que las familias adopten a personas con discapacidad para que trabajen para ellas.
La realizadora desconocía esta práctica, pero la historia se le quedó en la cabeza, y cuando tuvo la necesidad de volver a su región, en el centro del país, se planteó hacer una película sobre este tema.
Se fue a la ciudad donde transcurre la trama de su filme para averiguar qué había de cierto y vio con sus propios ojos que era una práctica que efectivamente existía e incluso encontró un libro, entonces todavía una tesis académica, sobre este tema.
Fue al desarrollar su proyecto que descubrió que esa historia le tocaba “mucho más de cerca” de lo que podía imaginar. Sabía que su madre era adoptada, pero empezó a comprender entonces que lo había sido también para trabajar, en su caso no porque tuviera una discapacidad; basta con ser pobre o vulnerable, explica.
El filme, nominado a mejor ópera prima y que se proyecta en la sección Panorama, cuenta la historia de Fernanda, que después de años regresa al rancho de su tío en Goiás para esparcir las cenizas de su madre adoptiva.
La aparición de Fernanda y la búsqueda de la verdad acerca de sus raíces hacen tambalear la fachada de su acomodada familia y sus pesquisas y acusaciones se convierten para su tío, terrateniente y alcalde conservador de una ciudad de provincias que busca su reelección, en una amenaza.
La protagonista se acerca a las dos mujeres discapacitadas que realizan las tareas domésticas en casa de su tío, entabla una relación de confianza con ellas y observa el incomprensible trato humillante que reciben por parte de la familia.
Fernanda no ceja en su empeño de averiguar la verdad y lograr justicia, de huir de estructuras anquilosadas y lograr un nuevo comienzo.
La realizadora cree que es “una cosa muy cultural brasileña” y recuerda que su país fue el último de América Latina en abolir oficialmente la esclavitud.
“La cultura de la esclavitud es muy fuerte en las relaciones (…) es una forma de pensar cultural”, agrega.
Saber que su madre fue adoptada en esas circunstancias es “cruel” en cuanto a que existen “relaciones de afecto”, como el cariño que siente por su abuela no biológica, que siempre llamó “hija” a su madre.
“Es una cosa difícil de manejar, porque son las personas que son mis referencias de vida”, afirma.
Empezar a dejar aflorar los traumas, comenzar a hablar de las cosas que no se han dicho y confrontar a la gente es una forma de liberación, como le pasó a ella misma y a su madre, agrega Neves.
La realizadora señala que es hija de una persona con esta historia y que ella puede hablar porque ha ido a la universidad y ha podido rodar una película. Cuando la gente empieza a tener conciencia de sus derechos, cuando se empieza a hablar de los diferentes tipos de violencia, entonces los conservadores vuelven al poder y hay un intento por “volver al periodo colonial”, dice al referirse a la situación política en su país.
Neves está trabajando ya en su próxima película Tempo do poder, basada también en el estado de Goiás, una “ficción científica mitológica” ambientada en el futuro, con los pueblos indígenas como únicos supervivientes. “El pobre indígena ya ha pasado por varios fines del mundo”, afirma. Según la realizadora, la gente piensa que los indígenas son el pasado, pero en realidad la única manera de llegar al futuro es “comprender y vivir con la perspectiva de los pueblos indígenas”.
Ante la desertificación de la región debido a la explotación de la tierra por el agronegocio, la única solución es cambiar la forma de vida, agrega.
Fuente: https://www.cronica.com.mx/escenario/fogareu-viaje-propias-raices-herencia-colonial-brasil.html